En el momento en el que decides darte de baja de una teleoperadora comienza un auténtico quebradero de cabeza que a veces puede prolongarse durante semanas sin tener una respuesta concreta y sin dar por finalizada a todos los niveles la relación con tu vigente operador. Darse de baja de una teleoperadora en España puede ser una auténtica odisea. En este artículo te contamos algunos consejos y claves para que este trámite sea lo más rápido posible.
Darse de baja de una teleoperadora
Ha llegado el momento de cambiarte de teleoperador, por la razón que sea, bien porque no estás a gusto con sus servicios, bien porque otra compañía tiene ofertas más atractivas, bien porque quieres cambiarte de terminal móvil y en otra compañía tienen el que tú quieres. En el momento en el que tomas la decisión de darte de baja de teleoperadora, deberás informarte de cuáles son los pasos a seguir en función precisamente del procedimiento que tiene establecido la compañía con la que aún tienes contrato vigente. Te lo advertimos, en ocasiones puede ser una pesadilla…
Y es que a pesar de que la normativa es realmente clara sobre los pasos a seguir y los derechos de los clientes a la hora de darse de baja de una teleoperadora, en muchas ocasiones estas compañías rozan la ilegalidad poniendo trabas con el objetivo último de tratar de retener al cliente. Evidentemente la ley ampara al ciudadano y lo defiende, pero en ocasiones ganan la batalla las teleoperadoras. El objetivo de este artículo es que eso no ocurra.
Lo más importante a tener en cuenta es que siempre que firmes un contrato con una teleoperadora, leas con detenimiento los puntos del contrato y guardes toda la documentación al respecto. Si cuando quieras solicitar la baja de tu compañía no cuentas con ciertos documentos, eso jugará en su favor. Así que no se te olvide archivar todos los papeles, por muchos que sean.
También deberás tener en cuenta que estos contratos, ya bien sea de teléfono, de móvil, de internet, de servicios de televisión o de todo a la vez suelen tener estipulada una determinada permanencia que es necesario cumplir, normalmente son 18 meses, para poder así beneficiarse de descuentos, terminales u otro tipos de ventajas que contempla la compañía y que utilizan evidentemente para captar clientes. Así que revisa si ese periodo de tiempo estipulado ha transcurrido ya, y si no es así, piensa que te podrás dar de baja de la teleoperadora, pero que deberás pagar una cierta cuantía proporcional al tiempo que te queda con ellos, por no cumplir el contrato. Así que piénsalo bien, a veces es recomendable esperar a que transcurran esos meses que establece la permanencia para darse de baja de la teleoperadora sin tener que ingresarles un dinero extra en la cuenta.
También debes tener en cuenta el momento en el que solicitas la baja de tu teleoperadora, porque si estás en mitad de tu ciclo de facturación, te cobrarán una parte proporcional que llegará más adelante en otra mensualidad. Pregúntalo absolutamente todo para que no lleguen sorpresas poco agradables cuando ya no te las esperas.
Normalmente la baja se puede solicitar a través del teléfono, de un mail o incluso por fax, en su página web sueles tener información al respecto, infórmate bien y ármate de paciencia, porque aunque la ley protege al consumidor se pueden dar casos realmente escandalosos.
Darse de baja de una teleoperadora: misión imposible
Y es que no hace mucho que llegó a los medios de comunicación un caso denunciado por FACUA-Consumidores en acción que explicaba que un ciudadano había solicitado la baja de un servicio móvil de hasta cuatro formas diferentes durante un período de casi un año y a pesar de ello la teleoperadora había incluido a ese cliente en el registro de morosos, con todo lo que ello supone. Así que si empiezas a recibir llamadas de abogadas reclamando algo que no te suena, quizás es que la compañía haya cortado el servicio, pero te esté reclamando un pago. No serías el primero.
En el caso anteriormente mencionado, el cliente había solicitado darse de baja de la teleoperadora primero a través del teléfono, después por correo electrónico, a continuación por fax y por último por correo certificado. La compañía, Movistar, no tramitó esa baja e incluyó al cliente en el registro de morosos por haberse negado éste a pagar las facturas que la compañía emitió después de haber solicitado la baja por cuatro medios diferentes.
Las asociaciones en defensa de los usuarios y consumidores, son grandes aliados en estos casos en los que las grandes compañías vulneran los derechos de sus clientes.