No somos pocos los españoles a loa que, al pensar en un grupo asegurador, el primer nombre que nos venga a la cabeza sea el de Mapfre, la multinacional española dedicada al sector del seguro con actividad en 49 países, ya sea por su largo recorrido en este sector, ya que comenzaron su trabajo en el año 1933, ya sea por la enorme labor que ha venido haciendo en el mundo de las aseguradoras.
Siendo Mapfre una de las compañías más seguras y fiables dentro del campo de los seguros, de las marcas más populares y con mayor cantidad de socios y clientes, no deja de cometer un error bastante común en todas las multinacionales del mundo, que no es otro que el de no informar claramente las formas, condiciones y métodos que existen para darse de baja de sus servicios cuando el cliente, por un motivo u otro, decide cambiar de compañía.
Un error que no lo es tanto, pues queda suficientemente comprobado que una buena cantidad de usuarios y clientes, al ver dificultado el camino para conseguir esta baja, deciden abandonarlo y continuar pagando un servicio que pudiera ser mejor o más económico. Aunque, por regla general, si la diferencia en beneficios no es elevada, el interés en cambiar tampoco lo será, por lo que, elevando un poco el grado de dificultad para abandonar la compañía, el cliente terminará por desistir y continuará afiliado a sus servicios.Pasos y formas para conseguir la baja de Mapfre
Siendo como es la mayor aseguradora de nuestro país, con mayor número de asegurados, también lo es, lógicamente, en el número de interesados en la forma y pasos que hay que dar si se quiere dar de baja sus servicios.
Lo primero que hay que considerar cuando queremos darnos de baja en alguno de sus seguros, ya sean médicos, de daños, de responsabilidad civil, etc. es, por un lado, que hay que pedir la baja con antelación suficiente, al menos con dos meses antes de la renovación automática. Así, por ejemplo, considerando que los casos en que la baja sea de alguno de los seguros médicos que cumplen con el fin de año, el preaviso obligatorio para conseguir la baja no puede ni debe ser en ningún caso posterior a la fecha límite del 31 de octubre.
Sin embargo, para el resto de los tipos de seguros solo hay que fijarse bien en la fecha que se señale como vencimiento que aparece en la póliza personal de cada asegurado y, como decimos, realizar el preaviso como mínimo con dos meses de antelación para que dé tiempo a tramitar la baja.
Otro de los elementos a tener en cuenta es que hay que solicitar la baja de forma fehaciente. ¿Qué quiere decir esto? Pues que no es suficiente con una simple llamada telefónica para pedir a voz que queremos la baja, aunque el que esté al otro lado del receptor sea el encargado de las bajas, y es que si, por algún motivo, vuelven a pasar al banco la prórroga del seguro, no podremos demostrar con documento alguno que, en tal día y hora, solicitamos la baja. Debe soportarse, por tanto, la petición con algún soporte físico, como una copia en papel o digital en un formato PDF o de cualquiera de las formas que veremos a continuación.
La web de Mapfre ofrece, posiblemente, el método más sencillo y eficaz para llevar a buen término la baja. Un procedimiento muy sencillo y que emitirá un comprobante, solo debemos acceder a la solicitud de no renovación de la póliza una vez que nos hayamos registrado e iniciado sesión con nuestro nombre de usuario. Rellenaremos el formulario de rigor exponiendo los motivos, después recibiremos un mail como acuse de recibo que será lo que podamos utilizar en caso de que no se cumpla la baja.
El sistema telefónico también es muy útil, pero recomendable cuando no se dispone del sistema virtual, ya que, en ocasiones, puede exigirle demasiado a la paciencia de los clientes. Es el número 913520844, el que ponen a disposición para las bajas, y es aquí donde debemos exigirles una confirmación de esta petición, otra cosa es que nos llegue…
Por último, el sistema tradicional de escribir personalmente la solicitud también debería valer. Se enviarán los datos y motivos a la oficina de Mapfre donde firmamos el contrato, ya sea vía burofax o físicamente para que te sellen en la propia oficina una copia. ¡Cuidado!, porque en estos casos te asaltarán uno o dos comerciales para hacerte cambiar de idea.